Siempre se quejan de nuestros intentos por acercarnos a ellas. Desde luego, no es una tarea fácil, de entrada, arrancas por debajo de cero porque te consideran como alguna especie de ave rapaz en plena cacería y cualquier error te puede hacer caer en picada.
No hay reglas fijas porque cada chica es diferente, pero hay algunas normas básicas. La esencial: si ella no te ha mirado o sonreído, mejor ni te acerques. Esa es la forma que tienen las mujeres de dar luz verde para iniciar una conversación. A partir de ese momento, intenta ser divertido pero no te pases de chistoso y, sobre todo, asegurate de no emplear siempre la misma frase, ya que puedes parecer aburrido o peor aún tonto. No te hagas el pesado, sobrado o engreído, se natural y déjala con ganas de continuar la conversación para retomarla luego.
Si te dice que tiene que irse con unas amigas, aceptalo tranquilamente, quizá sea una derrota, o solo sea un pretexto para ver que reacción tomas.
Los chicos que van a la discoteca a ver qué pescan, normalmente adquieren mala fama en su círculo social. Seguramente has oído hablar de ello, los Don Juan, los Casanova y otros tantos.
Aunque al final las mujeres también busquen lo mismo, ellas siempre necesitan sentirse especiales. Por eso les indigna pensar que el chico con el que van cogidas de la mano a la discoteca podría estar agarrado la mano de cualquier otra el día de mañana. ¿Qué hacer entonces? En realidad es muy simple, puedes conocer a tantas mujeres como quieras, pero procura no parecer muy descarado y menos aún desesperado. Por ejemplo, no intentes salir con dos chicas del mismo grupo de amigas o del mismo vecindario.
Después de cierto tiempo y llegado el momento, finalmente te arriesgas a proponer algo más. Aquí las opciones varían de acuerdo a tus interés y los de ella. Para salir vivo después de la propuesta debes entender e interpretar bien qué señales te ha dado ella. No importa el tipo de propuesta que vayas a hacer, desde un simple beso hasta sugerir que ella se vaya contigo a casa.
Además debes cuidar todos los detalles. Ella puede estar convencida de aceptar tu invitación, pero un simple fallo en ese momento puede ser letal. Aunque creas que el final de la historia sea muy obvio, la mujer espera que tomes la iniciativa y que sepas hacerlo de una forma natural, no hace falta que sea de una manera formal; lo mejor es emplear el humor, ser divertido y hacerla sentir cómoda.